jueves, 3 de diciembre de 2015

¿Conoces tus zonas erógenas?


Hoy en intimarte.com inauguramos un nuevo blog y queremos hacerlo hablándoles de algo que seguro que ponen en práctica ya que quizás haya cosas que desconozcan.

Se trata de las zonas erógenas, de nuestro cuerpo, algo que si si se estimulan adecuadamente pueden provocar excitación e incluso un orgasmo.

Muchos sabemos que tanto en hombres como en mujeres hay diferentes lugares, algunos más fáciles de excitar y de encontrar como pueden ser el clítoris, el pene, los pezones o los pechos... Y aunque en algunas áreas de nuestro cuerpo tengamos menos terminaciones nerviosas no significa que no nos podamos poner a cien con ellas si sabemos cómo conseguirlo. Por ejemplo hay personas que se vuelven locas si les acaricias, arañas o masajeas la espalda, otras en cambio prefieren un masaje en el cuero cabelludo y otras por ejemplo les gusta que les muerdan el lóbulo de la oreja, para gustos, colores.

Vamos a hablas de algunas de estas zonas en las que no solemos fijarnos pero que son tan importantes como cualquier otra:

La espalda: como ya hemos dicho la espalda es una zona del cuerpo que puede ser una gran aliada para ponernos a tono. Hay personas a las que les gusta que les agarren con fuerza, les arañen, les muerdan, o simplemente les hagan un masaje con aceites (imaginároslo, toda la espalda cubierta de aceite y un buen masaje de la persona que más os pone, con ese olor tan peculiar que tienen ese tipo de aceites...).  Y ya sabéis en que termina la espalda... En el culo.

El culo: ayy el culo... El típico azote justo en ese momento, o un mordisquito, nos vuelve locos a todos, y no nos engañemos, a vosotros también os gusta que os lo agarren fuerte.

La cabeza: más bien el cuero cabelludo. Hay personas a las que se les pone los pelos de punta si se les acaricia el cuero cabelludo o se les hace un masaje. Se empieza por hay y se puede ir bajando...

El ombligo: muchas personas sienten una verdadera excitación en esta zona por que es muy sensible, lo que hace que nos excitemos fácilmente (un beso húmedo y un soplido puede hacer que se nos ponga la piel de gallina). Pero no nos olvidemos del vientre, sobretodo si nos acercamos a la parte más baja, cerca del pubis.

El cuello: la clavícula y la nuca son zonas muy sensibles para mujeres y para hombres. Hay quienes se excitan muchísimo con los tan conocidos "chupetones" en el cuello.

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